Entramos al mes de noviembre y a partir de ahora aumentará el bombardeo de ofertas y días especiales de compras. Si bien hay promociones que sí significan un beneficio a la economía del hogar otras puede que solo nos llamen la atención y resulten ser un gasto compulsivo e innecesario. 

Como una tradición en los Estados Unidos, el Black Friday es un día esperado por muchos, por las rebajas de precios que pueden alcanzar hasta el 90% del mismo. Esa tradición comercial se ha ido adaptando a otros países, convirtiéndose en un evento de interés comercial para las empresas.  

Pues bien, no estamos acá para discutir si está bien o está mal aprovechar estos días de promociones, sino para discutir qué tanto es necesario gastar parte del patrimonio familiar o si es mejor esperar una mejor ocasión. 

Gastos sin motivo

Es innegable que en nuestros países latinoamericanos hay una fuerte afición por los deportes, en especial por el fútbol, y con la celebración de un nuevo Campeonato Mundial se esperaría que haya ofertas en televisores, pantallas y todo tipo de artefacto. Pero qué tan necesario es un nuevo televisor en la casa? Tal vez se podría aprovechar la inversión para mejorar el equipo de cómputo o realizar mejoras en el hogar. 

Sí, es una época de gastos, pero uno no se debe dejar llevar por lo que otros hacen. Aquí es donde la realidad debe dominar al impulso de compra, pues además de preguntarnos si lo queremos comprar es necesario, también debemos ver si tenemos la capacidad económica para soportar ese gasto y si al final no resultará en una deuda innecesaria para la familia. 

Es cierto que se está retomando la normalidad en muchos aspectos de lo cotidiano, pero debemos estar conscientes de que poco a poco se está saliendo de una crisis de salud y las condiciones laborales pueden cambiar de un momento a otro. También que hay un conflicto armado que afecta los precios de muchos productos, en especial los combustibles, por lo que todo ahorro debe ser prioridad.

Recuerde, no es necesario que usted gaste solo porque otros lo hacen, es cierto que las ofertas pueden parecer muy buenas, pero la realidad es que el día después de las compras locas las tiendas estarán ahí y posiblemente con las mismas o nuevas ofertas. 

Evalúe sus inversiones y sea realista. Una compra compulsiva hoy puede ser motivo de preocupación mañana.