En primer lugar mantenga la calma. No se asuste si de pronto el sueldo no le alcanza para hacer un ahorro. Para eso sirve el presupuesto mensual para que usted examine sus finanzas. Mantenga la calma porque uno se da cuenta de una forma brutal sobre el uso que le damos a nuestro dinero.

Empecemos con pasos de bebé. Si quiere una cifra, lo ideal sería que ahorremos el 10% de nuestro sueldo y colóquelo en una cuenta de ahorro. Inclúyalo entre sus pagos automáticos para que esto suceda casi sin que se de cuenta. De hecho hasta podría pasar que después de economizar, digamos le sobre dinero del mes y pueda pasarlo a ese fondo de ahorro. Eso le dará mucha alegría, es decir, sí se puede ser más ahorrativo y más inteligente con el uso que le damos a nuestro dinero.

Evalúe una red de seguridad financiera propia como un ejercicio propio. Por ejemplo, si usted está desempleado y tiene que pagar 6 facturas, cuánto necesita al mes para enfrentar esos gastos mientras no se tiene ingresos. Establezca un mínimo de dinero que debería guardar en sus cuentas en caso enfrente una situación tan incómoda como es no tener trabajo.

Revise cuál es la tasa de crecimiento de la cuenta de ahorros. Si usted cree que sus ahorros no crecen, busque en los bancos que sí tengan una tasa de interés dentro del mercado bancario. Puede hacer por ejemplo, alguna inversión a plazo fijo. Regularmente esas inversiones tienen mejor tasa de interés pero debe hacerlo ya con una buena cantidad de capital.

Ahorrar es siempre beneficioso. Asigne una cuenta que se alimente con el mínimo del 10% que platicamos al inicio y trate la manera que al final del mes y con la “austeridad” que desee pueda exprimir más de sus sueldo y así subir sus ahorros. Después muévase a las inversiones de plazo fijo y ahorre ese dinero de sus intereses en otra cuenta de ahorro en otro banco. Eso le funcionará. Evite sufrir la última semana del mes comiéndose las uñas y pasar varios días sin ningún centavo.